Se han perdido más de 100.000 euros de dinero público. Han terminado en manos de una estafadora que veremos si algún día es localizada y detenida. En ese gremio de avispados en el fraude resulta cada vez más complicado seguir el rastro. La Policía topa con multitud de trabas a la hora de obtener datos que les sirvan de apoyo para llegar a los titulares de cuentas, observar sus movimientos y dar con la estructura que, desde la cúpula, maneja todos los hilos.
Más de 100.000 euros han terminado en las arcas de una estafadora, cuando debían haber servido para abonar una de las certificaciones a la empresa ACC encargada de hacer las obras de la nave del Banco de Alimentos. Exige el dinero por un trabajo con el que ha ido cumpliendo, pero ese montante ha volado, y tan rápido lo ha hecho que en 24 horas fue retirado prácticamente en su totalidad a través de distintas transferencias y caminos opuestos para evitar un rastreo adecuado.
La obra de la nave parada. El dinero público esfumado. Una empresa que reclama lo que le corresponde y un Ayuntamiento que todavía no ha dicho qué va a hacer más allá de calificar esto de problema económico o contractual.
No, no lo es. Es una estafa de la que se debería haber informado en el momento en que se produjo.
Una estafa de un dinero público que deja en el aire muchas dudas, porque no sabemos si la Ciudad va a tener que pagar de nuevo por algo que ya dio o cómo se va a resolver la situación de una empresa ajena a todo esto y que exige percibir lo que le corresponde. ¿Cómo se piensa justificar cualquier gasto en el que se quiera incurrir?
No ha existido el celo debido en el control de unos pagos, lo que ha llevado a la pérdida de una cantidad importante que, además, genera un daño colateral como es la no terminación de las actuaciones. Pero, sobre todo, no se ha informado de lo sucedido a la ciudadanía desde el momento en que esto se produjo.
Ahora son necesarias respuestas a demasiadas preguntas.